ANTONI TÀPIES, COMISIONES OBRERAS Y EL VIETNAM
Querido maestro Tàpies:
Permita usted a este viejo sindicalista que le rinda el más sentido de sus respetos y la más alta consideración a su compromiso por las libertades que, como todos sabemos, son inseparables las unas de las otras. Este es un homenaje que le debíamos por lo menos desde 1974, y que, por fin, se ha materializado. El caso es que en la primavera de 1974 …
… Cipriano García nos propuso al grupo dirigente de Comisiones Obreras de Catalunya una acción solidaria orientada a facilitar la reconstrucción del Vietnam. Él mismo concretó la manera: podríamos hablar con Antoni Tàpies para que hiciera un cuadro; las correspondientes “copias” las distribuiríamos en los centros de trabajo a un precio módico (más bien “la voluntad”) y el dinero recogido lo enviaríamos a las autoridades vietnamitas.
Se pensó en usar los buenos oficios de Xavier Folch ya que sabíamos de buena tinta que era el Enviado de Tàpies en la Tierra. Y encargamos a Tito Márquez que hiciera todas las gestiones. Tito y Xavier Folch hablaron con el maestro y el resultado fue, como no podía ser de otra manera, óptimo. Tàpies nos regaló el cuadro original y Tito puso en marcha todo el engranaje: la impresión de las copias y la distribución de las tarjetas en las fábricas. El resultado fue una colecta de un poquito más de cincuenta mil pesetas. Una cantidad que hoy podría parecer irrisoria pero que, para la época, no era despreciable, especialmente por las condiciones en que se desarrollábamos la acción colectiva antifranquista.
Lo cierto es que teníamos canales suficientes para enviar directamente ese dinero a nuestras amistades vietnamitas. Pero fue nuestro Ángel Rozas quien, desde la delegación exterior de Comisiones Obreras en París, nos reorientó. Más o menos nos dijo: como tenéis que venir a París para … (ahora no recuerdo exactamente para qué), vosotros mismos se lo entregáis al embajador del Vietnam. Y eso hicimos. De manera que Cipriano García y un servidor –con dos pasaportes más falsos que Judas-- fuimos a París a lo que fuera. Y, tras las gestiones oportunas, Cipri, el mismo Rozas y yo mismo, fuimos recibidos por el embajador. Este amigo y sus colaboradores nos invitaron a unas copitas y a unos pastelillos de guirlache. Explicamos la historia del cuadro, la distribución y nos excusamos por la cifra tan modesta. Ni qué decir tiene que el embajador no salía de su asombro.
… Cipriano García nos propuso al grupo dirigente de Comisiones Obreras de Catalunya una acción solidaria orientada a facilitar la reconstrucción del Vietnam. Él mismo concretó la manera: podríamos hablar con Antoni Tàpies para que hiciera un cuadro; las correspondientes “copias” las distribuiríamos en los centros de trabajo a un precio módico (más bien “la voluntad”) y el dinero recogido lo enviaríamos a las autoridades vietnamitas.
Se pensó en usar los buenos oficios de Xavier Folch ya que sabíamos de buena tinta que era el Enviado de Tàpies en la Tierra. Y encargamos a Tito Márquez que hiciera todas las gestiones. Tito y Xavier Folch hablaron con el maestro y el resultado fue, como no podía ser de otra manera, óptimo. Tàpies nos regaló el cuadro original y Tito puso en marcha todo el engranaje: la impresión de las copias y la distribución de las tarjetas en las fábricas. El resultado fue una colecta de un poquito más de cincuenta mil pesetas. Una cantidad que hoy podría parecer irrisoria pero que, para la época, no era despreciable, especialmente por las condiciones en que se desarrollábamos la acción colectiva antifranquista.
Lo cierto es que teníamos canales suficientes para enviar directamente ese dinero a nuestras amistades vietnamitas. Pero fue nuestro Ángel Rozas quien, desde la delegación exterior de Comisiones Obreras en París, nos reorientó. Más o menos nos dijo: como tenéis que venir a París para … (ahora no recuerdo exactamente para qué), vosotros mismos se lo entregáis al embajador del Vietnam. Y eso hicimos. De manera que Cipriano García y un servidor –con dos pasaportes más falsos que Judas-- fuimos a París a lo que fuera. Y, tras las gestiones oportunas, Cipri, el mismo Rozas y yo mismo, fuimos recibidos por el embajador. Este amigo y sus colaboradores nos invitaron a unas copitas y a unos pastelillos de guirlache. Explicamos la historia del cuadro, la distribución y nos excusamos por la cifra tan modesta. Ni qué decir tiene que el embajador no salía de su asombro.
Mucho debemos al maestro Tàpies. También a otros grandes artistas. Recuerdo ahora algo sobre lo que, hasta la presente, se ha dicho poco. Por ejemplo, Joan Miró, en 1968, regaló un cuadro con motivos y figuras del Primero de Mayo. Se hicieron miles y miles de litografías que se vendieron como rosquillas dentro y fuera de los centros de trabajo; su destino fue la ayuda solidaria a los presos y sus familias. Es posible que, en no pocas casas de viejos afiliados y amigos del sindicato, sigan todavía mostrando el testimonio de otro gran artista con la causa de los trabajadores, la libertad y la democracia.
Eran tiempos en los que existió un ethos entre artistas y movimiento de los trabajadores en torno a un objetivo explícito: las libertades democráticas en toda España y las nacionales de Catalunya. En todo lo alto estaban Tàpias y Miró, Ibarrola y Genovés, entre otros. Con un gran compromiso que, además de político, era sentimental, en la acepción que Gramsci daba a ese concepto. Posiblemente el momento más clamoroso de ese compromiso fue la gran exposición que se hizo en Milán y otras ciudades italianas en solidaridad con la lucha de los trabajadores contra la dictadura franquista. Que contó con el gran acompañamiento de gentes como Picasso, Miró, Alberti, Pablo Neruda, Joan Brossa, Ibarrola, Tàpies, Genovés, Valdés, Guinovart, Quessada, Seoane, Díaz Pardo, Mercedes Ruibal, Cristóbal, Ortega, Arroyo, Saura, Equipo Crónica... No pocos de estos cuadros y materiales salieron clandestinamente de España; el compañero Alfredo Conte, dirigente del sector de la Alimentación, coordinó todos los detalles de la muy noble intendencia y en Italia fue Carlitos Vallejo quien se ocupó de todos los problemas de la noble intendencia.
Que hoy se rehaga ese compromiso entre artistas y el sindicalismo sería de gran interés. Existe un antecedente, ya en democracia, fue la exposición itinerante Arte y solidaridad. Los pintores españoles y el cartelismo sociopolítico, que recorrió las más importantes de nuestras ciudades.
Querido maestro, le reitero nuestro afecto y nuestra admiración por su coraje democrático y civil.
(extret del blog “Metiendo Bulla” http://lopezbulla.blogspot.com/2010/11/antoni-tapies-comisiones-obreras-y-el.html)
"EMPREMTA DE MA" donació de Tapies a CC.OO.. (1974) |
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